:: El Conde de Montecristo ::
.:: SINÓPSIS ::.
Condenado a cumplir una condena que no merece en la siniestra prisión del castillo de If, Edmond vivirá una larga pesadilla de trece años. Obsesionado por su inesperado destino, dejará de lado sus convicciones en torno al bien y al mal, y se dedicará a tramar la venganza perfecta.



.:: RESÚMEN ::.
La Fortuna de Dantés:
Edmunto Dantés es un joven, pero competente marino mercante a las órdenes de la compañía del armador Pierre Morrel. Dantés regresa de un viaje en el que murió el capitán de la embarcación y debió asumir el gobierno del barco como segundo de abordo cumpliendo la última voluntad del capitán: parar en la isla de Elba, sitio de prisión de Napoleón I, para recoger una carta dirigida a una tal Noirtier, en París.Dada su lealtad, Morrell decide considerar a Dantès como capitán de sus próximas encomiendas. Esto no es más que otra anécdota que sumar a su lista de éxitos, ya que Dantès también es afortunado en el amor, pues está a punto de casarse con una hermosa joven catalana llamada Mercedes.
La falsa acusación:
Sin embargo, el destino tiene otros planes para Dantés. Fernando, primo de Mercedes, está enamorado de ella y desea casarse con su prima. A esto se le suma Danglars, contador del Faraón, que envidia a Dantés porque se llevó el cargo de capitán que deseaba para sí mismo. Así, Fernando y Danglars confabulan para redactar una carta anónima acusando a Dants de ser agente bonapartista, ya que sabían que Dantès le llevaría la carta a Noirtier.
Ante las falsas acusaciones, Dantés es apresado el día de su boda con Mercedes y llevado a comparecer ante el procurador interino, Villefort. Éste casi deja libre a Dantès al darse cuenta de que no sabía la clase de carta que llevaba, y de que la acusación era falsa, pero cuando vio el nombre de Noirtier en la carta cambia de opinión y decide encarcelar a Dantés. Y es que Noirtier era el padre de Villefort, y podía comprometerlo si se sabía de la carta
La condena de Dantés:
Dantés es condenado a prisión y encerrado en el lúgubre castillo de If, de donde sólo se salía al morir. Desesperado por la situación, se deja al abandono hasta que conoce a otro prisionero que trataba de escapar: el viejo abate Faria. Dantés y Faria se hacen amigos y el abate instruye a Dantés en toda clase de ciencias y artes, ayudándole a deducir la trama de intrigas que lo hicieron apresar. Faria también le habla de un tesoro que aseguraba tener en la isla de Montecristo.Todo esto ocurre en un lapso de catorce años en el que ambos prisioneros excavan un túnel que los permitiría huir del castillo de If, pero el abate muere, lo que cambia los planes de Dantès, que decide tomar el lugar de Faria en su mortaja para dejarse enterrar y escapar del castillo. Sin embargo, los guardias echan el cuerpo de Dantés al mar, creyendo que es el de Faria.
La venganza de El Conde de Montecristo:
Ahora libre, Dantés lleva a cabo su venganza personal. Va en busca del tesoro de Montecristo y, una vez lo encuentra, se hace de un nombre nuevo: el conde de Montecristo. Sus primeras acciones son ayudar a su antiguo patrón, Morrel, a recuperar su astillero, a punto de la ruina. También se hace con una esclava griega, Haydée, cuya familia y hogar en Janina habían sido destruidos por Fernando. Puntualmente, éste traicionó a Alí, padre de Haydée, entregándolo a sus enemigos y causando su muerte y la de su esposa, pese a que su misión era cuidarlos.Cuando por fin regresa a su hogar descubre que Fernando se casó con Mercedes y tienen un hijo, y que Danglars se ha convertido en barón al desposar a una acaudalada viuda y Villefort, en el procurador titular. Dantés se presenta como el conde de Montecristo y teje una intrincada trama en la que, uno a uno, caen todos sus enemigos.
Sus maquinaciones llevan a Villefort a la locura, a Danglars a la ruina y a Fernando al suicidio. Sin embargo, lejos de estar satisfecho, Dantès cree que la venganza lo ha cegado y ha sobrepasado los límites de lo que es justicia y venganza, algo que reflexiona cuando Alberto, el hijo de Fernando y Mercedes, lo reta a un duelo.Al final, Mercedes le revela a Dantés que siempre ha sabido que él era el conde de Montecristo, pero le ruega que le perdone la vida a su hijo.Dantés, entonces, detiene su afán de venganza y rehace su vida junto a Haydé.